El rincón del Bú

DIFICULTAD: Orientación

IDA Y VUELTA: 3 horas

DESNIVEL: 158 m.

DISTANCIA: 15. 5 km.

TRACK GPS

"El desierto cerca de casa."

Diciembre 2011

Era un cuadro fantástico, de una profundidad inmensa. Todo perdía continuamente su forma y se desvanecía lentamente como una alucinación, como arcilla bajo la lluvia. Parecía que camináramos por el laberinto prohibido de una ciudad antigua, escoltados por edificios de barro derretidos y rodeados de un extenso páramo, que se fundía con montañas cortadas con regla desde las que descendían los innumerables barrancos que tuvimos que atravesar. (Germatore)

Barranco de Valfondo.(Bardena blanca.)

Hoy nos internaremos por el barranco de Valfondo hasta el lugar más inhóspito, árido y deshabitado del desierto de las bardenas: la reserva natural del rincón del Bú. Un lugar que no puede dejar a nadie indiferente, tales son las formas que la erosión ha cincelado en este gigantesco torno de arcilla y barro. Este lugar debe su nombre a los buhos reales que anidan en las paredes de los cabezos que le rodean.

Erosiones bardeneras.

Nos dirigimos hasta Arguedas y al salir del pueblo pasamos por una gasolinera y poco después nos internamos a mano izquierda en el parque natural de Bardenas Reales. En este punto ponemos el cuentakilómetros a 0 y avanzaremos por carretera en dirección al polígono de tiro durante 8´3 kilómetros. Dejamos el coche en este punto. Seguimos una pista a mano derecha que se dirige hacia el cabezo de Mesalobar, atravesamos este cabezo, pasamos junto a una laguna y llegamos a la altura de una cabaña conocida como el corral del Belcho.

Dejamos el coche en el P.k. 8. 3. Cerca del polígono de tiro.

Salimos hacia el cabezo de Mesalobar.

Subimos al collado y pasamos junto a la laguna.

Cabezo de Mesalobar desde el corral del Belcho.

Hoy no tenemos caminos, ni señales, solo tenemos un páramo que atravesar. Nos guiaremos por los cabezos que destacan en el horizonte. Antes de partir tomamos las referencias con el paisaje que nos rodea

El cabezo cortado en el centro es el cabezo de la cruz del pelotero , a la izquierda queda el rincón del Bú.

Junto al corral del Belcho hay una senda que avanza hacia la izquierda paralela al cabezo de Mesalobar, avanzamos por esta senda hasta llegar hacia la mitad del cabezo donde veremos el barranco de Valfondo, giramos a la derecha e inmersos en el barranco, comenzamos a caminar en dirección a los cabezos que se alzan en el horizonte frente a nosotros.

Ya en el barranco, nos damos la vuelta y vemos el cabezo de Mesalobar.

Sumergidos en este increíble ecosistema comenzamos a disfrutar dejando volar la imaginación con este fantástico museo natural.

Columnas de barro.

Una cara arrugada de la blanca.

Avanzamos contemplando los diferentes tipos de erosión.

Otro rincón singular.

El paisaje critalizado.(En este barranco abunda el cuarzo.)

Paisaje bardenero.

Erosiones bardeneras.

Formaciones.

Pasamos por la cañada real de Tauste a sierra Andía y el barranco gana en profundidad.

El barranco gana en profundidad.

La erosión con aspecto de ruinas.

Nos acercamos al balcón de Pilatos, enseguida llegaremos al rincón del Bú.

Ya vemos el balcón de Pilatos.

Continuamos por el lecho del barranco.

Puentes de barro.

LLegamos a la cruz del pelotero.

Cruz del pelotero.

Al llegar a la altura de la cruz del pelotero abandonamos definitivamente el barranco y nos dirigimos hacia las faldas de estos cabezos.

El rincón del Bú.

A la izquierda plana alta.

Nos dirigimos hacia la base de estos cabezos y continuamos por dicha base.

Cruz del pelotero.

Rodeamos los cabezos por la base de estos, evitando los barrancos que surgen de estas montañas.

Nos dirigimos hacia el collado del centro.

Cruzamos por el paso del centro.

Tenemos que encontrar una pista que nos conducirá hasta el corral del Belcho.

Buscamos esta pìsta y la seguimos.

Al llegar a una cabaña en ruinas giramos a la izquierda y un poco más adelante giramos a la derecha hasta el corral y al coche.

Al llegar a la cabaña a la izquierda. Luego a la derecha.

Regresamos al corral del Belcho. Y vamos hasta el coche.

POR : GERMATORE

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