Belate histórico

DIFICULTAD: Fácil

IDA Y VUELTA:3 horas

DESNIVEL: 300 m.

DISTANCIA: 8 km.

El lenguaje de las piedras

Septiembre 2010

El día era luminoso, trasparente, diáfano, cuando descubrimos la cantera en un collado, entre la cima de dos montañas tapizadas como un campo de futbol. Ante nosotros yacía un rosario siniestro de lápidas deformes, alineadas en círculos. Parecían las ruinas de un remoto cementerio de alguna comunidad ancestral. Algunas rocas estaban talladas con símbolos arcanos indescifrables. Estas extrañas piedras se encontraban desperdigadas por ambos lados de la altiplanicie. Descendimos hacia un barranco por el curso de una regata y encontramos los restos palpables de una civilización antigua, ruedas gigantes de piedra abandonadas desde hacía siglos, incrustadas en la hierba esponjosa de aquel rincón escondido, ignorado y desconocido.

Ruedas de molino en el monte Okolín.

En el recorrido de hoy nos desplazaremos en el tiempo y el espacio por el macizo del Saioa. En este lugar, marcada con mugarris, se encuentra la línea divisoria de dos valles históricos: La Ulzama y El Baztán. El primero pertenece a la vertiente mediterránea y el segundo a la cantábrica. Partiremos del antiguo puerto de Belate y visitaremos el antiguo monasterio de Santa María de Belate, la calzada romana que unía Iruña con Baiona, puerto marítimo principal del antiguo Reyno de Navarra, una curiosa cantera, donde entre otros objetos, se construían ruedas de molino y quedan algunas desechadas y por último algunos cromlech diseminados por las faldas de Gartzaga y Okolín.

Macizo del Saioa

Subimos por la antigua carretera de Belate y tras pasar las ventas de la Ulzama nos detenemos en un aparcamiento a mano derecha. En este lugar comienza el recorrido.

Aparcamiento e inicio del recorrido.

Caminamos siguiendo las marcas que vamos encontrando por el camino en piedras y árboles.

Continuamos siguiendo las marcas

La primera parada la realizamos en el monasterio de Belate (S.XIII), que también fue un hospital militar, leprosería y refugio de peregrinos.

Monasterio de Belate y calzada romana.

Tras visitar el monasterio, regresamos por el camino, escoltado por un muro de piedras hasta encontrar la antigua calzada romana, por la que debemos continuar.

Continuamos ascendiendo por la calzada romana.

Ascendemos por la ladera hasta encontrarnos con una valla que debemos cruzar.

Cruzamos por aquí.

La calzada romana sigue su rumbo hacia la costa Labortana, nosotros la abandonamos y seguimos por un ancho camino a mano derecha, siguiendo las marcas del G.R. 12.

Llegamos al collado y el rumbo continúa a la derecha por un camino muy ancho.

Nos internamos en el bosque que se cierra sobre nosotros refrescando la atmósfera aún caliente de septiembre.

El camino se adentra en el bosque

El camino se divide en dos nosotros seguimos por el de la izquierda.

Continuamos por la izquierda

Las regatas que discurren por este frondoso bosque son también llamadas las fuentes del Ulzama.

Fuentes del Ultzama.

Llegamos a un punto en el que el camino se acaba y comienza una estrecha senda a la izquierda, que sube una pronunciada cuesta.

Llegados a este punto el camino se acaba y seguimos por la senda de la izquierda.

Dejamos una pequeña borda a la derecha y ascendemos por la empinada ladera hasta que se termina el bosque.

Dejamos esta borda a la derecha.

Avanzamos a la derecha por una senda y abandonando el G.R. 12 para ir en busca de las impresionantes ruedas de molino que se encuentran a unos 400 m.

Más de metro y medio de diámetro

Avanzamos entre los restos de la cantera que en siglos anteriores tuvo una gran actividad.

Ruedas de todos los tamaños

Ruedas con el Gartzaga al fondo

Regresamos hasta la senda del G.R.12 para ascender al collado entre el Gartzaga y el Okolín donde encontramos algún cromlech.

Cromlech en las faldas del Gartzaga

Nos tumbamos en la hierba mullida de este paisaje sacado de la paleta de un pintor para contemplar un cielo adornado con volutas de humo deshilachado.

Baztán

POR : GERMATORE

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