LABETXU

El valle de los colores

DIFICULTAD: Cruces y desvíos. Atención en los acantilados. Llevar ropa larga. Recomiendo G.P.S.

IDA Y VUELTA: 4 horas

DESNIVEL: 630 m.

DISTANCIA: 10, 4 Km.

TRACK GPS

"Mile kolore. Berdez mendixek, zuriz kaliek,
gorriz bixotzak"

"Mil colores. Los montes verdes, las calles blancas,
los corazones rojos "

GATIBU

Diciembre 2016

Necesitaba la paciencia de una madre, la inspiración de un genio y un tiempo ilimitado para crear aquella obra maestra. Sus herramientas, el viento, el agua, la arena y la sal marina dieron forma a estas esculturas naturales. Un desierto extraterrestre, un rocódromo psicodélico, colmenas de seres inventados, monstruos marinos petrificados y un largo etcétera que nos sorprendieron cuando acudimos tímidos y extraños al valle de Labetxu, el valle de los colores. (Germatore)

Labetxu."El valle de los colores"

Hoy Adolfo y yo vamos a conocer el increíble y sorprendente valle de Labetxu o valle de los colores. En las faldas del monte Jaizkibel (Gipuzkoa), en el camino de la costa, podremos disfrutar de de un auténtico museo al aire libre, infinidad de rocas con diferentes formaciones dan a este lugar la impresión de vagar por los restos de diferentes escenarios, una catedral gótica, una colmena gigante o la casa de Gaudí.

Geoformaciones.

Paredes de colores.

Esculturas naturales junto al mar.

Formas y colores en Labetxu.

Podemos llegar hasta Labetxu de muchas formas. Nosotros hemos subido al alto de Jaizkibel siguiendo las indicaciones desde Hondarribia y entre el P.K. 8 y el 9 veremos unos paneles informativos. Aparcamos el coche en las inmediaciones y descendemos por el sendero que nace junto a estos paneles.

Aparcamos y comenzamos a andar por aquí.

El sendero se introduce en el pinar.

Seguimos este sendero que en un principio está señalado con marcas rojas y blancas y comenzamos el descenso.

Salimos del pinar.

Y encontramos las laderas herbosas de Jaizkibel .

Ignoramos las pistas y caminos que se cruzan y bajamos al recto por las laderas herbosas de Jaizkibel. El sendero nos conduce directamente a los acantilados. La última pista que se cruza es el camino de regreso.

Bajamos por estas lomas.

Al llegar a esta pista que cruza.

Seguimos por el sendero junto a los pinos.

Seguimos ahora unas marcas blancas que nos acompañaran por este singular paseo. Llegaremos a Gaztarrotz, un caserío abandonado y nos introducimos en el bosque donde podremos apreciar una pequeña muestra de los que nos espera.

Pasaremos junto al caserío Gartzarotz.

Y caminando por el bosque.

Comenzamos a descubrir las primeras geoformas.

Nos acercamos al mar y aquí las rocas expuestas al viento la arena y la sal comienzan a mostrar sus formas extravagantes.

Seguimos descendiendo por la zona despejada .

Hacia los acantilados.

Nos perdemos entre el primer grupo de rocas contemplando estas extrañas formaciones.

Llegaremos a los acantilados .

Donde el viento y la arena han cincelado la costa.

Dando formas de todo tipo.

A las rocas que han encontrado en su camino.

Formando este museo natural.

Continuamos por los acantilados. Ojo a un par de grietas peligrosas en el camino. Hay que pasar por arriba.

Adolfo en los acantilados .

Y yo junto a esta roca con forma de colmena .

Zoom.

Conjunto de rocas .

Gran grieta en el camino. PRECAUCIÓN !!!

Llegaremos a la parte final de este tramo donde se presenta ante nosotros el valle de los colores.

LABETXU, El valle de los colores .

Tenemos que ascender un poco y descender hasta la regata.

Subimos por este suelo marciano.

Seguimos las marcas blancas .

Descendemos por el paso de la soga.

Vemos enfrente las paredes de Labetxu .

Zoom.

Cruzamos la regata Gaztarrotz y subimos a contemplar de cerca estas formaciones que combinan formas y colores.

Primeras formaciones de colores sorprendentes .

Cruzamos la regata Gaztarrotz.

Otra imagen de la regata.

A un lado dejamos estas formaciones.

Y nos acercamos a estas otras por el sendero marcado.

Detrás queda el valle gris sumergido en la niebla matinal.

Aquí una colmena de luz y color.

Caminamos sorprendiéndonos a cada paso.

Enfrente el mar cantábrico rompe contra las rocas.

Gaudí se inspiró en el mar y en las figuras de arena.

Paredes teñidas por los metales de Jaizkibel.

Increibes formas y colores.

Aquí una pose en Labetxu.

Abandonamos muy a nuestro pesar este rincón que esconde en cada piedra una obra de arte y continuamos por la senda donde todavía veremos formaciones diversas en el camino.

Continuamos por el acantilado.

Contemplando cada forma. Todas diferentes.

Y nos vamos acercando al bosque.

Comenzamos el camino de regreso y vamos dejando atrás la costa. Ahora comienza el duro ascenso hasta el coche.

Dejamos atrás la costa.

Y subimos por el pinar.

Por una exigente cuesta.

Vamos tomando los desvíos de la derecha, llegaremos a un camino de palomeras y luego nos encontraremos en la ladera por donde descendimos al principio.

LLegamos a las laderas herbosas y subimos hasta la carretera.

POR : GERMATORE

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