Regata de Satán

DIFICULTAD: Fácil

IDA Y VUELTA: 1 hora

DESNIVEL: 160 m.

DISTANCIA: 3, 5 km.

En el llano y la montaña todo parece inmóvil esta mañana nevada.

Proverbio chino

Enero 2011

La niebla helada se aferraba en la hierba y los árboles transformándolos en figuras difuminadas de cristales blancos. Todo estaba inmóvil y en silencio esa fría madrugada. La tierra y el cielo despertaron congelados como si fueran parte de un paisaje polar y todos los seres de aquel lugar estaban escondidos como si guardaran un secreto. La quietud callada de aquel lugar nos obligaba a caminar sigilosamente y a hablar en susurros respetando el silencio de esas montañas. (Germatore)

Cencellada en Irati

Hoy daremos un paseo por los alrededores de Valcarlos. Esta es una pequeña ruta que se sumerge entre los bosques y caseríos de los alrededores de este pequeño pueblo situado en la frontera entre Egoalde e Iparralde. La mañana nos ha sorprendido con una hermosa cencellada, este es un efecto que se produce cuando hay niebla y la temperatura es inferior a los dos grados bajo cero. Las partículas heladas se adhieren a la vegetación por todos sus costados, como si estuviera todo inmerso en un congelador gigante.

Cencellada junto a Valcarlos.

Nos dirigimos hasta Valcarlos y aparcamos junto al frontón que está en la mitad del pueblo. Un poco más adelante, caminando por la carretera general llegaremos a una cuesta que se dirige a la parte alta del pueblo, hacia la plaza Bixkar.

Subimos caminando por esta cuesta hasta la plaza Bixkar.

Desde la plaza sale el camino señalizado con marcas verdes y blancas y enseguida desciende hacia la derecha para sumergirse en el bosque.

En la plaza de bixkar veremos un panel informativo con esta ruta.

Seguimos los carteles.

El camino sombrío transita por un bosque de castaños gigantes, desciende hacia la regata y tras pasar un puente se dirige cuesta arriba hacia algunos caseríos situados junto al barrio de Azoleta.

Seguimos camino, unas veces por senda, junto a los prados, otras por el bosque y otros tramos por pista asfaltada poco transitada, siempre atentos a las marcas verdes y blancas.

Seguimos las indicaciones.

Tras un rato paseando llegaremos a un cruce en el que podemos bien subir por la pista asfaltada durante un tramo o bien traspasar una pequeña verja y caminar por un prado junto al río.

Por la pista o por el prado los caminos se juntan más tarde.

Una vez que llegamos a un puente, lo cruzamos y comenzamos el retorno. Por el camino de regreso encontramos árboles centenarios que se retuercen en busca de su dosis de luz.

Cruzamos el río y regresamos.

Árbol gigante junto al camino.

El bosque está paralizado, dormido, en esta helada mañana de enero. Los caminos dibujados en el suelo se pierden en el bosque, sin hojas que los oculten. Continuamos de frente por el camino de arriba.

De los tres caminos cogemos el del medio. De los dos de la izquierda el de la parte alta.

Llegamos a un alto, donde se encuentra una pequeña ermita y desde donde nace la pista que nos llevará hasta el pueblo en cinco minutos.

LLegamos a la ermita y descendemos hasta el pueblo.

De regreso, ya en la carretera, ascendemos hacia el alto de Ibañeta y nos paramos a contemplar la cencellada.

Cencellada en Ibañeta.

POR : GERMATORE

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