Urkulu (1432 m.)

DIFICULTAD: Algo de desnivel

IDA Y VUELTA: 2 horas 30´

DESNIVEL: 416 m.

DISTANCIA: 5, 7 km.

TRACK GPS

"Madre, ya no estés triste, la primavera volverá."

Silvio Rodríguez

Octubre 2010

El viento agitaba las hojas, que caían muertas en el camino. El otoño dejaba notar su presencia húmeda y triste. La nieve comenzaba a cuajar en las cimas de las montañas más altas y los ríos distanciaban sus orillas entre sí con las lluvias que comenzaban a ser frecuentes en esa época del año. Atravesamos un fragmento de selva y llegamos a las ruinas de unas edificaciones antiguas. Todos los edificios habían sido construidos totalmente de piedra y los hombres que allí vivieron debían tener el corazón del mismo material. Avanzamos por un camino quebrado y alcanzamos las laderas de unas montañas herbosas como jardines ingleses. La cima de una de esas montañas estaba coronada por una gran torre redonda que había sido demolida, era muy antigua y resultaba extraña en aquel lugar remoto. Comenzamos a ascender hacia los restos de aquella torre cuando una niebla densa se apoderó de todo. (Germatore)

Fábrica de Orbaitzeta.

En el recorrido de hoy nos internaremos en el valle de Aezkoa. Un hermoso valle que está cubierto en gran parte por la selva de Irati. Nos acercaremos hasta la fábrica de armas de Orbaitzeta y más tarde subiremos hasta el collado de Azpegui para coronar la cima del monte Urkulu y contemplar las ruinas de la torre romana, símbolo del dominio que el imperio romano tuvo sobre Galia e Hispania, aunque con los vascones se firmó durante cuatro siglos la paz romana. Si el día es despejado podremos contemplar unas hermosas vistas.

Tumbas pre-románicas en el colladon de Soroluze.

Nos desplazamos hasta el bonito pueblo de Orbaitzeta y siguiendo la carretera veremos las indicaciones que nos conducen hasta la antigua fábrica de armas. Atravesamos con el coche la vía que cruza por la fábrica y continuamos por una pista que se interna en el bosque y sube hasta un refugio de monte con aparcamiento y fuente.

Aparcamos junto al refugio.

Veremos unos carteles indicativos de la ruta megalítica de Azpegui, los seguimos.

Seguimos estos carteles.

Subimos hasta las majadas de Azpegui. Majada es el lugar donde se refugia el ganado para pasar la noche. Hay también unas bordas para los pastores.

Camino a las majadas de Azpegui.

Al llegar a las majadas, veremos algunos cromlech y un cartel que nos indica la dirección hacia el collado de Soroluze, lo seguimos.

Nos desviamos hacia Soroluze.

Dejamos atrás las majadas y ascendemos por el camino herboso.

Nos damos la vuelta para contemplar las majadas.

Nos internamos por un fragmento de bosque, ascendemos suavemente, el silencio inunda el bosque, el olor a naturaleza limpia nos invade, se apoderan de nosotros sensaciones de armonía, calma, tranquilidad, reposo, quietud. Un poco después seguimos las marcas rojas y blancas hasta llegar al collado de Soroluze.

Ascendemos por el bosque.

Subimos a Soroluze.

Nos detenemos en este lugar para contemplar las huellas de nuestro pasado, un gran menhir y un cromlech.

Menhir en Soroluze.

Desde este punto parte un camino señalizado que da la vuelta al Urkulu. Seguimos unos postes clavados en la hierba que nos acercarán hasta la parte alta de la montaña.

Comenzamos la subida final.

La niebla se ha apoderado de todo y entre este vaho espeso de humedad nos parece ver deambular extraños seres difuminados.

Rocas con forma de dragón.

Ya casi al pie de las rocas, dejamos los postes y seguimos unas marcas amarillas que nos conducen a la cima.

Seguimos estas marcas hasta la cima.

Hoy nos conformamos con haber hecho cumbre, ya que la niebla nos impide contemplar las increíbles vistas de ambos lados de la frontera.

Torre romana sumergida en las tinieblas.

De regreso paramos en la fábrica de armas a comprar queso (exquisito).

Fábrica de armas.

Fábrica de armas II

Regata Legarda.

POR : GERMATORE

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