Elomendi
Higa de Monreal (1289 m.)
DIFICULTAD: Importante desnivel al final
IDA Y VUELTA: 4 horas
DESNIVEL: 773 m.
DISTANCIA:11, 1 km.
La muerte no llega más que una vez, pero se hace sentir toda la vida.
Jean de la Bruyere
Julio 2010
Llega el verano y con él la hierba vigorosa de Julio, el olor ácido a azufre antes de la tormenta, muros que desprenden aroma de jazmines en flor, campos cosechados, sumergidos en un coro de chicharras y grillos. Junto al río, los olmos se mecen suavemente con ráfagas de aire caliente. En sus ramas, las hojas titilan imitando un enjambre infinito de mariposas de plata y cristal, que agitan sus alas formando un espectáculo de espejos donde se refleja la luz derramada por un sol implacable. Es el momento de esconderse bajo la sombra piadosa de los árboles. Arriba, en la cumbre de esta montaña piramidal, las nubes se detienen atrapadas, como si les impidieran continuar su rumbo a ninguna parte. (Germatore)
Elomendi.
Nos desplazamos por la carretera a Huesca hasta el pueblo que da nombre a este monte: Elo (Monreal). En el centro del pueblo hay una calle que baja hacia el frontón, la seguimos. Dejamos el frontón a mano izquierda y avanzamos hacia la salida del pueblo. Cruzamos un puente por la carretera que lleva directamente a la cima.
Cruzamos este puente con el coche y seguimos hasta la casa.
Unos cien metros más adelante hay una casa, aparcamos el coche al lado y tomamos un camino que nace junto a esta casa.
Tomamos este camino junto a la casa.
El camino se interna entre los campos de cereal ya cosechados, a la izquierda la suave y ondulada sierra de Izco.
Campos de cereal.
Salimos a la carretera, prácticamente en desuso y avanzamos a la derecha.
Salimos a la carretera y giramos a la derecha.
Al llegar a la primera curva nace la pista que debemos tomar.
A unos cien metros cogemos esta pista.
Caminamos recogiendo fresas silvestres bajo la sombra de pinos frondosos.
El camino entre los pinos.
Ascendemos por el camino de Malpica, labrado en la roca viva.
Malpica
Dejamos a la derecha el barranco de Diablozulo, habitado por una pareja de búhos reales, donde se puede rapelar, si se tiene experiencia, por este cañón poco conocido.
Por esta senda de la derecha se baja al cañón de Diablozulo.
Seguimos el camino que se divide en dos y optamos por la izquierda.
Seguimos por la izquierda
Inmersos ahora en un bosque espeso de hayas, el camino toma varias direcciones, elegimos la de la izquierda.
Otro giro a la izquierda.
Nos encontramos en lo que se denomina la parte trasera de la Higa , desde este punto parte un camino poco definido entre bojes, marcado con hitos de piedras que se dirige hacia las paredes de roca.
Tomamos este camino y nos guiamos por los hitos de piedras.
El camino se endurece y asciende por las rocas a las que tenemos que sujetarnos con las manos para ascender.
Trepamos por las rocas.
En poco tiempo y tras duro esfuerzo ascendemos considerablemente. Al mirar atrás sentimos sensación de vértigo.
Sierra de Alaitz.
En los últimos 200 ó 300 metros del recorrido, hay unas cadenas fijadas a las rocas para poder superar un importante desnivel, nos ayudamos de estas cadenas para subir.
Cadenas para ascender los últimos metros.
Llegamos a la cima techo de la sierra de Alaitz.
cumbre
Antes de llegar al buzón veremoa una senda a la izquierda que es la de descenso y si continuamnos por la derecha llegaremos a la ermita.
Descendemos por la senda.
Que discurre en tramos por la carretera.
Y nos lleva de regreso al pueblo.
Buitres en las rocas.
POR : GERMATORE