Peña de Unzué (990 m.)

DIFICULTAD: Fácil. Trepada final

IDA Y VUELTA: 1 hora 30´

DESNIVEL: 325 m.

DISTANCIA: 3, 7 km.

TRACK GPS

"Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera".

Pablo Neruda

Abril 2010

La peña de Unzué es una atalaya de roca que podemos divisar facilmente al salir de Iruña dirección a Tafalla. Al sur de la sierra de Alaiz, ha sido testigo mudo del cruze de caminos que siempre fué el puerto del carrascal. Rodeando esta estructura rocosa, hoy nos queda la sombra de lo que era un impresionante bosque de encinas centenarias, tras su devastación en las guerras carlistas. Las carrascas dan nombre a este lugar conocido como "El carrascal". (Germatore)

Almendros en flor, al fondo la peña Unzué.

Salimos de Iruña dirección a Tafalla por la carretera general y tras pasar las canteras nos dirigimos hasta el pequeño pueblo de Unzué. Al superar la iglesia y el frontón, nos desviamos a mano derecha y dejamos el coche en el aparcamiento. Al principio del aparcamiento, nace una pista, que asciende hacia el cementerio, dejando atrás las últimas casas del pueblo.

Dejamos el coche y tomamos la pista.

Subimos por la pista hasta encontrarnos con un camino, bien definido, internándose en la ladera, junto a los campos de cultivo.Este camino nos conduce hasta las faldas de la peña y discurre entre matorrales y bojes.

Seguimos el camino

Ascendemos primero suavemente y luego por una pronunciada pendiente que nos conduce hasta la entrada del bosque.

Nos internamos en el bosque.

La pendiente se suaviza y disfrutamos del paseo que transcurrre sumergido en una galería vegetal conformada por bojes y carrascas. Tras atravesar la zona más densa de vegetación, salimos a un tramo desde donde se divisan las paredes de piedra de este monumento natural.

Llegados a este punto la vegetación se hace menos densa.

El camino se retuerze, buscando una salida entre rocas y árboles que extienden sus ramas, como manos temblorosas, suplicando rayos de luz.

Continuamos por el bosque.

Llegamos al pie de las paredes y la masa boscosa se detiene para dar paso a la piedra, última superviviente del azote de los fuertes vientos y la erosión del agua. Debemos tomar precauciones para trepar por el camino, que discurre entre las moles de piedra.

Nos dirigimos hacia las rocas.

Trepamos ayudándonos de las manos.

Tras este entretenido ascenso llegamos a la cima.

Ya vemos la cima

Germatore y Juanitiko en la cima.

POR : GERMATORE

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